El buscador Google actualiza su algoritmo (la fórmula que utilizan para posicionar las páginas web) unas 500 veces al año. El último gran cambio lo ha llevado a cabo esta semana, con el fenómeno ya conocido como Mobileggedon, que elimina de los resultados de búsqueda a través de dispositivos móviles a páginas web, blogs y tiendas online que no se adapten a los diferentes tamaños de pantallas.

De este modo, las páginas web que no tengan un diseño responsive no aparecerán en los primeros puestos de Google cuando la búsqueda se realice desde un smartphone o una tablet, por ejemplo. Al menos de momento, Google asegura que este fenómeno no afectará a las búsquedas que se realicen desde ordenadores.

No obstante, debemos tener claro que no tener una web que se adapte a los diferentes tamaños de pantallas existentes es un suicidio empresarial, ya que en 2014 el smartphone es el primer dispositivo que usan los españoles para conectarse a la Red: según la última encuesta del INE, el 81,7% de los hogares lo usa, frente al 72,2% que lo hace a través de su portátil o la tableta y el 53,5% con el ordenador de sobremesa.

¿Cómo saber si mi sitio web se ve correctamente en un móvil o tablet? El propio Google ha puesto a disposición de empresas y particulares una herramienta para saber si nuestra web es responsive o no. Simplemente con meter la url/dirección web de nuestro sitio sabremos si somos amigos o no de Google y, sobre todo, si nuestros clientes potenciales nos encontrarán en Google si utilizan el móvil para buscar información.

saber si mi web se ve en movil

Si tu web no se visualiza correctamente en móviles y quieres que Google no te penalice, sólo te quedan tres opciones:

  1. Crear una web nueva (y así aprovechar para renovar fotos, información, imagen, etc.) que sí se adapte a los dispositivos.
  2. Crear una versión móvil de tu web.
  3. Cambiar código html como un loco para que el diseño, estructura e información actual se adapte a las nuevas necesidades móviles.

Ahora la pelota está en tu tejado y, ya se sabe… ¡renovarse o morir!