Si nos seguís en Facebook sabréis que esta semana hemos seguido de cerca la historia de Unai, un chico que propuso a Lucía una cita si conseguía que uno de sus Tweets fuera retuiteado (compartido) por 7.500 personas. Las imágenes hablan por sí solas, así que simplemente añadiremos comentarios de la «estrategia» online que se ha llevado a cabo. (Al final lo ligaremos un poco con la reputación online en empresas, ya que nos parece un buen caso a analizar…)

Llamamiento a las masas para apoyar la causa. El objetivo es original y toca uno de los pilares de las relaciones humanas: el amor. El mensaje triunfa y consigue más de 11.000 RT.

Unai no se lo cree. Agradece humildemente la ayuda y se cree vencedor. El público empatiza con él y, de alguna manera, quiere saber el final de la historia. Unai promete que lo contará.

 

Unai empieza a perder la energía y esperanza de quedar con la chica. El público lo apoya todavía más y le manda mensajes de ánimo y apoyo.

Derrotado y (no sabemos si) con algo de resquemor, Unai se da por vencido y, tal y como prometió, informa a sus seguidores del transcurso de la historia. Pide consejos y los recibe en forma de tuits de apoyo.

 

Brota en Unai un lado oscuro y vengativo que a muchos de sus seguidores no convence. Pide ayuda una vez más y la recibe, aunque finalizada la historia con Lucía, el feedback va disminuyendo paulatinamente.

Y llegó el momento: a través de este mensaje, que no sabemos si es cierto o no, Unai pierde la empatía del público y el «cariño» que había cosechado en los corazoncitos de muchos tuiteros, que ahora lo tachan de mentiroso o aprovechado.

Hasta el momento, este es su último tweet. Reflexiones que nos vienen a la cabeza con este caso Hay que tener cuidado a la hora de manejar nuestra reputación en Internet y decidir los pasos a llevar a cabo después de un «bombazo». Unai había conseguido la empatía, apoyo y solidaridad de muchos porque transmitía ser un chico original, enamorado, humilde y, sobre todo, cercano. Quién más quién menos ha sido rechazado en alguna ocasión, o no ha obtenido lo que le prometían, o…. brillaba por lo humano de su historia, y eso gustaba. En cuanto el buzz pasó y Lucía dio por terminada la historia (para Unai y para el público), nos encontramos con el tweet sobre Supervivientes (que lo ha hecho hace escasas dos horas): un par de comentarios que, siendo cierto o falso, están muy alejados de la imagen que durante tres días ha transmitido el chico a través de su Twitter. Parece otra persona y sus seguidores se lo hacen saber: le contestan con comentarios negativos y el chico empieza a perder credibilidad y followers. Claro está que todo el mundo es muy libre de hacer lo que quiera con sus canales en redes sociales y, ¡qué demonios, con su vida!. No obstante, creemos que este es un buen caso para extrapolarlo a las empresas/proyectos/comercios y mostrar cómo puede afectar (para bien y para mal) un cambio en el mensaje, la imagen y trasfondo de la comunicación corporativa. Es muy importante tener clara la imagen que tenemos, los valores y la filosofía de cada proyecto para después poder obrar de acuerdo con lo establecido y siempre dentro de los límites que marquemos. Escuchar a nuestra audiencia y, sobre todo, estar atentos a las pequeñas señales que nos mandan el resto de usuarios para evitar dar una mala imagen es una constante en el trabajo de cualquier responsable de comunicación y marketing online. Recordemos que una cosa es gestionar nuestro perfil personal en Internet y otra muy distinta manejar la reputación online de nuestra empresa/proyecto/comercio. ¡Seamos coherentes!

ACTUALIZACIÓN:

Acabamos de tener nuevas noticias de «Unai» (lo ponemos entre comillas porque ya no sabemos si es real o no :P)

¡Nos la han colado! 😉 Bueno… eso o que el dolor profundo hacia el rechazo de «Lucía» no lo dejaba vivir y ha decidido echar balones fuera… os dejamos algunas reacciones de las personas a las que «Unai» ha «engañado».

pinpintau reacciones

En este momento Pinpintau tiene 1183 seguidores (veremos cuántos sobreviven a esta «graciosilla broma»). Desde Buzzko sólo admitir que hemos caído como bellacas, quizá porque consideramos que ya está probada «la fuerza social que tiene Twitter» a lo largo de sus más de cinco años de historia. Es más, ¡que está comprobadísima la fuerza social que tienen las redes sociales en general!.