Las dos palabras del título del post describen las últimas semanas de nuestra vida. Han sido unos meses duros rematados por 30 días de papeleo, reuniones, organización extrema, planificación, horas de trabajo… pero, ¡ey! no penséis que hemos sufrido. La angustia ha ido acompañada en todo momento de ilusión (al cuadrado), risas, delirios, buenos augurios y ganas de arrancar para hacer las cosas como queremos; simples, efectivas, bonitas y divertidas.
Hace apenas media hora que hemos recibido el último papel que acredita que Buzzko es una empresa. Que el loro azul ha roto -administrativamente hablando- el cascarón.
Ha sido duro, intenso y estresante. Pero que nos quiten lo bailao: hemos aprendido, hemos disfrutado y nos sentimos más fuertes, preparadas e ilusionadas de lo que nos hemos sentido nunca.
Ahora, a trabajar.
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